En primer lugar me gustaría reflejar una serie de frases que creo convenientemente relacionadas con el tema:
“Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo, es por un malentendido”
“Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás”
… Y la gallina no es una águila fallida, quizás sea un patito feo al principio pero si sabemos como tratarlo saldrá a relucir el “cisne” que todos los niños llevan dentro.

El autor se pregunta si ¿Sería razonable y ético que se la castigase por su “maldita diferencia”? Obviamente, no lo sería. Pero también es obvio que esto ha ocurrido de siempre en la escuela y lo que es peor sigue ocurriendo en un mundo sistema que se jacta de ser democrático.
Nosotros como futuros maestros debemos tomar conciencia y prepararnos para luchar contra esta inercia educativa:“La diferencias de las personas puede ser entendidas y vividas como una riqueza o como una carga”, señala el autor, y a nosotros solo nos debe importar la primera de las opciones.
Santos Guerra da las pautas para mejorar la situación: haciendo la escuela menos rígida, llevando a la práctica (no solo teorizando) la atención a la diversidad y haciéndolo a través de la correcta adaptación del currículo
Debemos aprovechar la riqueza de la clase, en su diversidad, para enseñarles a apreciar lo especial que es cada uno. Dejar de lado el etnocentrismo habitual, solo así la mezcla positiva es posible. Entender para ser entendido: “Los mismos alumnos tienen que hacerse también conscientes de la diversidad sin que unos entiendan que son más o menos que los otros por ser como son”
El sufrimiento del alumno a quien los profesores, la familia y los compañeros tratan de forma diferente va sesgando poco a poco la autoestima. Es el modelo clásico de alumno con problemas por no ser “normal” que en la escuela tradicional es “carne de cañón” si esperanza y fácil presa de un futuro incierto.
Sin embargo, hoy en día no podemos permitir que esto pase, debemos INVOLUCRARNOS, SENSIBILIZARNOS Y SOBRE TODO TRABAJAR para “darle la vuelta a la tortilla”.
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