jueves, 22 de diciembre de 2011

 UN relato y una reflexión SOBRE LOS LIBROS DE TEXTO.

Buenos días. Me llamo Félix Serra Fortea, pero para mis alumnos por supuesto soy Don Félix. Son las nueve y cinco de la mañana de un lunes de Febrero, ya hemos cantado el cara al sol y mi clase de Historia esta lista para comenzar. Todos sentaditos
-Bien niños, vamos a empezar por las tareas que la semana pasada debíais repasar. A ver un voluntario que me hable de quienes y como deben comportarse los pobres. Usted mismo Peláez.
-Peláez: Los pobres son los que por distintas causas no han sido favorecidos por la vida y no tienen dinero para subsistir. Como mi tío Juan al que le quitaron las pocas tierras que labraba para dárselas al sobrino del alcalde.
-¡Su tío, su tío¡¡Peláez! (gritando) si usted mira el libro de texto verá que los pobres son: Los menos favorecidos y deben conformarse con su posición social. La escasez de comodidades puede combatirse con la abundancia de buenas condiciones y resultarán ricos aún en la mayor pobreza.
-Peláez: Pero señor me he tomado la libertad de mirarlo por mi cuenta y.
-¿Libertad? : La libertad humana conduce a la anarquía y al despotismo; treinta años de circulación de libros y de toda clase de escritos donde se enseña la incredulidad, no han podido menos de producir grave daño y  alterar las costumbres religiosas de un número considerable de españoles.
-Peláez:  Pues mi padre dice que
-Su padre???? ¡Su padre es un enemigo de España!. ¿Quién sabe lo que es eso?  (Ruipérez, ¡como no! levanta su mano y le indico con un gesto de asentimiento que hable)
-Ruipérez: Según el manual, los enemigos de España son siete: liberalismo, democracia, judaísmo, masonería, marxismo, capitalismo y separatismo vencidos en la Gran Cruzada.
-¡Muy bien Ruipérez! Bueno para mañana sigan repasando el libro que  les volveré a preguntar.
Camino de  mi casa repaso lentamente lo que ha pasado en clase  este Peláez este Peláez. Hummm me recuerda a alguien, pero ¿a quién?...Si claro, ya lo tengo ¡¡¡a mí!!!!! Cuando tenía su edad también me gustaba buscar las respuestas por mi mismo. No me fiaba del profesor, ni del libro, ni de mi padre!!! Quería averiguarlo todo por mi mismo, pero tampoco me dejaban. Quizás le haya juzgado mal. Bien pensado tiene razón la mayoría de lo que aparece en el libro es mentira. Pero a ver quién es el guapo protesta o que se plantea si es correcto o no enseñar a los niños lo que aparece en los libros. Si aún me quedara un poco de la ilusión que tenía cuando era un niño. Pero acabaron con ella,,,, otros como yo acabaron con ella, joder Feliuet!

Afortunadamente no estoy en la España de los 40, no quiero que mis alumnos me llamen Don Félix y sobre todo tengo la suficiente ilusión, ganas de trabajar y (creo) preparación para que a mis futuros alumnos les de la opción de buscarse las habichuelas por ellos mismos. El libro de texto estará ahí seguro, pero habrá que considerarlo como un pequeño apoyo para que en determinadas ocasiones te ayude, te de alguna idea o solución puntual. Desde luego, hoy por hoy no están tan “dirigidos” como en la época de Franco. Pero su parcialidad o no es algo que a veces puede resultar discutible. Quieras o no todos llevan alguna carga implícita, oculta a simple vista, que debemos saber identificar. Y pondré un ejemplo actual. Tengo una alumna de 14 años a la que tengo que intentar explicar que se entiende por democracia y por libertad. Para ello el libro de texto me propone un mapa del mundo que divide a los países en más o menos libres. Y en él aparecen lo EEUU como paradigma de la libertad. Autores como Chomsky (“¿Cómo nos venden la moto?” o “La (des)educación”) nos sirven para cuestionarnos todo lo que parece ocurrir a nuestro alrededor, incluida la libertad o no de algunos países.
Claro está, nosotros también como profesores tenemos nuestra propia subjetividad. La autodisciplina, la autoexigencia, el reciclaje continuo, las ganas de “currar”,  nuestro interés por ayudar a los niños, el no tener miedo a innovar, a buscar nuevas fórmulas que se adapten a lo que tenemos por delante (aunque eso nos conlleve más de un quebradero con la dirección del centro) serán claves para que  esa subjetividad, no influya de manera negativa en los niños y niños. Dotarles de espíritu crítico, de poder reflexivo y de herramientas de autoaprendizaje más allá de los libros de texto...¡un gran reto!
                                        
La Enciclopedia Álvarez
Uno de los libros de texto más conocidos entre los que se estudiaron en las aulas durante la posguerra fue la Enciclopedia Álvarez (imagen superior). Fueron los manuales para ocho millones de niños en las escuelas patrias, del 54 al 66. Antonio Álvarez, autor del libro, sufrió muy de cerca la censura del régimen sobre los contenidos de su obra: “O decías lo que ellos querían o le encargaban a otro la tarea”, asegura en una entrevista. Las definiciones que he usado de pobres, enemigos de España y libertad aparecían en este y otros libros de la época.


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